Hoy por la mañana me enteré de la triste noticia del fallecimiento de uno de mis maestros, Yukimura Haruki Sensei.
Inmediatamente vinieron a mi mente las imágenes de las veces que he tenido el enorme placer de recibir su entrenamiento, desde aquella primera vez en el Copenhagen Shibari Dojo hasta las últimas veces en las que, gracias a la recomendación de Osada Steve Sensei, tomé numerosas clases privadas en su Honbu Dojo para finalmente aceptarme como su alumna.
Fueron muchas las oportunidades en las que pude compartir su paciencia, su sabiduría, su especial estilo de conceibir el Kinbaku. Un estilo que marcó mi camino como atadora y que me hizo comprender los tiempos, las formas de transmisión de energía entre atador y modelo, la importancia de la respiración, la belleza del newaza, y que me enseñó a acariciar con las cuerdas. El lo hacía como nadie puede hacerlo.
De él conservo el corazón pleno de bellos recuerdos y gratos momentos, mi alma llena de sus enseñanzas, mi nombre de bakushi con el que, en conjunto con Osada Steve Sensei me bautizaron “Haru Tsubaki“, y sus shodó que me dedicara tiempo atrás. El primero de ellos escribe de su propia caligrafía mi nombre de bakushi, y está presente siempre en la apertura de todas las clases del Dojo. El segundo, el que más me llega al corazón, es ese concepto que él escribió en su propia caligrafía para regalarmelo, quizás porque lo vio en mi. Nawagokoro es lo que él transmitía. Una pasión por las cuerdas que nace del kokoro, ese corazón emocional que no tiene una traducción específica en Español.
Ha sido un gran honor para mi recibir su enseñanza y llamarlo Sensei. Un término que tiene un significado profundo para aquellos que realmente saben de qué se trata.
Se nos fue un grande, un ícono irrepetible de la comunidad de Shibari Kinbaku mundial. Su presencia física nos ha dejado en este mundo. Queda su legado en aquellos que han sido sus alumnos y discípulos. Hoy sus cuerdas descansan de su habilidosas manos. Hoy descansa en paz el Gran Maestro Yukimura Haruki, aunque sus recuerdos nos acompañarán por siempre.