Shibari Kinbaku como Ritual: Protocolo para Espectadores y Atados (Parte I)

Shibari Kinbaku como Ritual: Protocolo para Espectadores y Atados (Parte I)

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Este es el primero de una serie de artículos que he escrito pensando en aquellos que recién se inician en el Shibari/Kinbaku. Ya sea que lo hagan como atadores, como modelos, o como simples espectadores, existen muchas cuestiones, códigos y tradiciones que deben ser respetadas para mantener este armonioso arte tal como es vivido en todo el mundo, y especialmente en su país de origen, Japón.  Espero disfruten de su lectura y humildemente sirva para iluminarlos sobre este maravilloso arte y generar mejores momentos cuando presencien o practiquen una sesión de Shibari/Kinbaku,


¿Porqué hablamos de Shibari como ritual?

Aún en el mundo del Shibari Kinbaku nunca nadie termina de aprender. Todos estamos inmersos en un camino sin fin en el que nunca dejamos de ser alumnos en constante aprendizaje. Un maestro podría ser aquel que haya recorrido un camino de experiencias mas largo que el de uno y que desee guiarnos, aceptándonos como alumnos. Un Sensei (maestro) es aquel que lleva adelante un ryu (escuela) en donde todos aprenden, incluso él mismo canalizando los conocimientos y brindándolos a quienes lo considere oportuno.

Al igual que el origami (plegado del papel), el ikebana (armonía floral), el sadó (ceremonia del té) o la preparación del sushi se han convertido en artes altamente ritualizados, lo mismo ocurre con el Shibari (ataduras japonesas). Es por esto que se me ocurrió difundir lo que humildemente he aprendido (de la mano de mi Senseís) sobre el tema. Esto lo hago con la más sincera intención de facilitar las relaciones respetuosas entre atadores, atados, espectadores, alumnos y maestros. Sólo verteré aquellos aspectos que considero haber aprendido como buenas costumbres, de código ético y cuestiones «de honor» en las prácticas del Shibari Kinbaku. Muchos de estos detalles pueden parecer meras cuestiones protocolares, pero se sustentan íntimamente en cuidados relativos a la seguridad y la salud. En resumen, «nos podemos divertir, con respeto, y ser responsables … a la vez»

 

Un poco acerca del origen y las tradiciones heredadas

Sumergiéndonos en la historia, nos damos cuenta que el Shibari Kinbaku tiene reminiscencias de las artes de la guerra (Hoshu Hojojutsu) y por ende de la tradición de las castas de los Clanes, Shogunes, Samurai, y de sus Señores Feudales, quienes se regían por un estricto código de honor del guerrero llamado Bushido. Es de entender entonces, que también haya surgido un código ético del Shibari/Kinbaku y se haya convertido en un «código de honor» entre sus practicantes y aquellos que aman el Shibari/Kinbaku aún sin practicarlo.

De la época en la que se se enseñaban y aprendían las 18 habilidades del guerrero Samurai Bugei Juhappan (dentro de las que se contaba el manejo de la cuerda Hoshu Hojojutsu, el cual es considerado como el antecesor directo de lo que hoy practicamos como Shibari/Kinbaku),  surgen estas reglas primordiales, basadas en la milenaria cultura Bushido japonesa.

Estos principios, aunque modificados levemente, se mantienen hoy como pilares del Shibari Kinbaku actual y son los mismos que podrás ver en cualquier práctica de Shibari/Kinbaku que tengas la suerte de presenciar, en cualquier parte del mundo.

 

Las cuatro reglas primordiales de las ataduras de estilo japonés eran:

1. No dejar al prisionero escapar de sus ataduras.
2. No causar ningún daño físico o mental al prisionero.
3. No permitir a nadie de otros clanes ver las técnicas aplicadas.
4. Las ataduras deben ser bellas, equilibradas y artísticas.


Obviamente, en ese caso se hablaba de «prisioneros» dado que la técnica era utilizada por los Samurais para la captura y traslado de los prisioneros hacia los tribunales. El color de la cuerda y el diseño de la atadura denotaban tanto el crimen cometido, como la casta social del prisionero.

Esta situación, entre atador (Samurai) y el atado (prisionero) tenía una gran dosis de ritualidad. Tanto la exposición pública del prisionero ante el pueblo que lo veía caminar delante del Samurai rumbo a los tribunales, como la entrega del prisionero ante los magistrados, eran actos que conllevaban una gran situación a la vez humillatoria, pero de gran honor, para el prisionero. Esa dualidad entre humillación/honor, que pareciera ser contradictoria, se daba gracias al respeto por las formas que ambos (Samurai y prisionero) mantenían.

En el Shibari de hoy en día, las situaciones son bastante distintas en algunos aspectos, pero muy similares en otros. No lidiamos con prisioneros, ni hablamos de juicios, tribunales, o similares como en los tiempos de la era Edo de Japón, pero si, definitivamente mantenemos los conceptos de honor dentro del ritual de las ataduras. Así también se mantienen la Shuuchinawa (suave estilo de caricias con cuerdas que llevan a posturas y situaciones humillantes) y la Semenawa (tortura con cuerdas) como los dos caminos mas comunes que puede tomar una sesión de Shibari/Kinbaku… La inclinación de la balanza dependerá en lo que logre captar el atador sobre lo que desea el atado en ese momento.

 

¿De que se trata una sesión de Shibari/Kinbaku?

– Como ya lo hemos expresado, la práctica del Shibari Kinbaku no es considerada solamente como una práctica de ataduras. El Kinbaku es un arte de encordamiento bello, funcional y seguro que involucra todo un abanico de aspectos, entre los que se cuentan: Los movimientos básicos que se aplican sobre el manejo de las cuerdas pueden remitirse a los movimientos básicos que se aplican sobre el pincel en la práctica de la caligrafía japonesa (shodo 書道). El proceso de la atadura debe tener mucha visibilidad (tomando en cuenta siempre el punto de vista del espectador). Durante el proceso siempre debe haber intensión y transferencia de energía entre el atador y el atado (ki hairimasu). El atador debe estar siempre muy atento a todas las señales que provienen del atado, el “ojo que todo lo ve” (visión periférica). La atadura debe tener calidad estética tanto en sus partes funcionales como en sus decoraciones (kazarinawa). El atador debe manejar las cuerdas siempre con movimientos de destreza y eficacia (sabaku 捌く ). El atador debe estar atento para imprimir sabias variaciones en el ritmo de la atadura (merihari 減り張り) para saber sintonizar el ritmo interno de cada persona atada para aprovecharlo sin egoísmos y sabiamente durante la atadura. Debe también ser sabio en su posición en el espacio y la distancia que tiene respecto al atado y al ángulo con que se acerca a él para realizar su atadura (maai 間合い). Debe saber cuándo y cómo aplicar las técnicas ocultas o secretas (urawaza 裏技) y el estado mental del «no yo» (muganawa 無我縄) para lograr lo mejor de ese momento.

El intercambio energético entre el atador (bakushi 縛師) y el atado busca crear una profunda comunicación y conexión entre ellos en la que el atador «escucha» con atención lo que energéticamente quiere el atado (muganawa). Muganawa (無我縄) refiere al atador encarando su sesión al enfatizar la idea de permitirle al atado alcanzar su verdadero potencial en oposición a que simplemente intente imponerle su propia voluntad. «Muga» (無我) es un concepto budista que se refiere a la ausencia de uno mismo, el vacío de la mente y el dejar de lado los propios deseos.

Uno de los aspectos también interesantes es que dentro de las técnicas de Kinbaku siempre se toma en cuenta el punto de vista del espectador, aunque no haya nadie allí presenciando el acto, todo se hace tomando en cuenta aquella mirada. Es por eso que se considera de buena costumbre que el atador haga todos los movimientos de las ataduras visiblemente brindando confianza de su destreza tanto al atado como a los espectadores. Al mismo tiempo, procurará siempre exhibir lo mejor del atado, sus reacciones corporales y faciales, sus curvas y aspectos más sensuales.


¿Que debo tener en cuenta cuando participe o presencie una sesión de Shibari/Kinbaku?

– Así como en las épocas Edo era considerado «de honor» entregar el prisionero al magistrado atado de una manera funcional y bella, sintiendo el Samurai que se lucía por el prisionero en sí y no por él mismo, en una práctica de Shibari Kinbaku, el que se luce es siempre el atado y nunca el atador. Se considera una buena costumbre que el atador se luzca sólo a través de sus atados y de las reacciones que en ellos despierta con sus cuerdas.

– Una vez iniciada la sesión, ya sea privada, de entrenamiento, o una performance pública, es considerada como si fuera un ritual. Un buen espectador no intentará interactuar con el atado o con el atador sin haberlo acordado previamente con el atador. Tampoco es inteligente, o considerado de buena costumbre acercarse demasiado ya que se necesita por lo menos un radio ideal de 4 metros a la redonda libre de obstáculos para trabajar con comodidad. El manejo de las cuerdas es muchas veces veloz y podría lastimar inadvertidamente al espectador que no respete esta distancia mínima. En caso que esto suceda, no interrumpa al atador, ya que de nadie más que de Ud mismo es la culpa por no haber respetado su espacio.

– La experiencia que brindará un buen atador al atado y a los espectadores sera única e irrepetible. Se considera una cuestión de honor que los espectadores respeten dicha experiencia manteniéndose expectantes y en silencio.

No es bien visto tocar las cuerdas, intentar alcanzárselas al atador o recogerlas al tiempo que se encuentre desatando. Las cuerdas (nawa 縄), así como lo eran para los Samurai, son objetos muy preciados y personales de cada atador. Esto va mas allá de los conceptos físicos involucrados. Además de que las mismas están hechas de fibras naturales vivas (cáñamo o yute), que reaccionan ante diferencias de presión, temperatura y humedad, y son el instrumento que tiene el atador para transmitir su flujo energético de carga y recarga «ki». Las cuerdas son tan importantes porque son el medio que tiene el atador de comunicar su «yo» con el atado, con los espectadores y con el cosmos.

– Es absolutamente normal que algo logre llamar su atención durante la práctica. Pero a fin de no quebrar esa energía que flotará en la sesión es de buena costumbre esperar hasta el final de la atadura (hasta que se haya retirado la última cuerda del cuerpo del atado o hasta que el atador agradezca a los presentes) para pedir permiso de realizar una pregunta al atador.

– Si Ud desea acercarse al atador, una vez terminada la sesión, se considera de buena costumbre agradecerle la experiencia brindada y luego preguntar lo que se desee.

– Un buen atado es una persona que se entrega a la experiencia de las cuerdas y se permite el viaje interior que el atador esta a punto de brindarle (Indou wo Watasu 引導を渡す , como lo llaman en Yukimura-ryu) sin sentirse inhibido de mostrarse en un estado de permeabilidad energética ante el atador. Esta actitud de introspección suele reflejarse en detalles como tener las piernas juntas y levemente flexionadas, meter los dedos gordos flexionados dentro de las palmas de las manos, tener el cuerpo relajado, los brazos al costado del cuerpo, la mirada baja o los pies levemente apuntados hacia adentro. «El ojo que todo lo ve» del atador deberá percibir claramente cualquiera de estas señales del cuerpo del atado y reaccionar sabiamente en consecuencia.

Otra postura muy habitual para esperar se llama seiza, . También es utilizada en otras artes marciales. Te arrodillas con las rodillas a un puño de distancia (si eres mujer) o a dos puños de distancia (si eres hombre), como se ve en la imagen a continuación.

– Si uno se está entregando a ese atador en particular es porque confía en su habilidad y destreza. Muchos atados se consideran honrados por las experiencias que se les brindan con las cuerdas. Será considerado como una ofensa si intentara liberarse de las ataduras o las tomara como un chiste.

– No se considera de buena costumbre «ayudar» de ninguna manera al atador al moverse, alcanzarle cosas, hablar rompiendo el clima o ponerse con los brazos detrás de la espalda sin que el atador haya hecho nada siquiera. Podrás reconocer a un buen atador de Shibari/Kinbaku justamente porque no necesitará que lleves tu brazos a ninguna posición. Él logrará que tu hagas exactamente lo que él quiere que hagas con tus brazos.

– Es fundamental el practicar este arte estando descalzos especialmente porque las cuerdas son de yute (no aptas para ser lavadas). Como espectador, pisar las cuerdas de un atador es considerado una grave falta de respeto. Dado que como hemos dicho, las cuerdas transmiten la energía (ki) del atador, el pisar las cuerdas es como pisar la parte mas íntima del atador mismo. Pisar las cuerdas utilizando cualquier tipo de calzado es aún, una peor ofensa. El atador y el atado son los únicos que podrían pisar las cuerdas durante la práctica.

– El atador es el responsable de velar por la seguridad y el bienestar del atado en todo momento (visión periférica). El proceso no termina hasta que la última cuerda haya sido retirada del cuerpo del atado por el atador. Salvo casos muy especiales, se considera una mala costumbre dejar que el atado intente desatarse por sí solo o delegar esta tarea a otra persona (salvo que sea un Maestro delegando esta tarea a un alumno con el fin de enseñarle).

Osada Steve's Nawa
Osada Steve’s Nawa

– Es normal que el atador vaya dejando caer las cuerdas sobre el tatami a medida que las va retirando del cuerpo del atado. Estas cuerdas no deberán ser tocadas por los espectadores, y solo podrán ser adujadas nuevamente por el atador o por quien él mismo designe. Se considera un alto honor para un aprendiz el adujar las cuerdas (nawa) de su Sensei.

 

 

Con esto creo haberles contado el porqué y los orígenes milenarios de una gran cantidad de situaciones que se puedan dar durante una sesión de Shibari Kinbaku entre el atador, el atado y los espectadores. Seguramente habrá mucho más para hablar al respecto, y quizás preguntas que queden pendientes, pero no duden en compartirlas aquí mismo, o preguntarme en privado, así podremos seguir aprendiendo entre todos.

 

Tsubaki 

 

Nota de la Autora: Se considera respetuoso no utilizar términos ni conceptos japoneses para describir prácticas o ataduras occidentales (bondage).

 

El siguiente artículo de esta serie es: Shibari Kinbaku como Ceremonia: Interacción entre Atadores y Atados (Parte II) en el que trabajo conceptos relativos al atador, la atadura, y el atado.

Sumergiéndonos en la historia, nos damos cuenta que el Shibari Kinbaku tiene reminiscencias de las artes de la guerra (Hoshu Hojojutsu) y por ende de la tradición de las castas de los Clanes, Shogunes, Samurai, y de sus Señores Feudales, quienes se regían por un estricto código de honor del guerrero llamado Bushido. Es de entender entonces, que también haya surgido un código ético del Shibari/Kinbaku y se haya convertido en un «código de honor» entre sus practicantes y aquellos que aman el Shibari/Kinbaku aún sin practicarlo.

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